1.Ingenio e ingenuidad.
Este volumen de relatos tempranos forma parte de un ambicioso y laudable proyecto editorial: publicar todas las recopilaciones de relatos, y por tanto, no hay mejor manera de empezar que con El Joven Asimov (The Early Asimov), el muchacho que escribía cuentos para Campbell (y otros) mientras estudiaba atendía en la tienda de su padre, se licenciaba (un par de veces), se casaba y trabajaba. Evidentemente, parte del valor añadido a esta colección de relatos radica también en el comentario del Asimov ya adulto y convertido en escritor mundialmente famoso cuando vuelve la mirada a los esfuerzos de su yo más tierno en años. Y es precisamente en los comentarios donde aparece esa dicotomía a la que aludo parodiando a Jane Austen: Asimov analiza la aparente ingenuidad de sus primeros esfuerzos y deja al lector evaluar su ingenio (aunque en ocasiones aparezca justamente orgulloso de sus logros) y en otros momentos deconstruye la imagen de su aparente ingenuidad juvenil, como cuando afirma que era perfectamente consciente en su momento de que las mundos selváticos pulp que usa (âLa Amenaza de Calistoâ, por ejemplo) eran imposibles, pero que lo que también le era imposible en aquel momento, como joven escritor y lector de ciencia ficción, era escapar al pozo de gravedad generado por los clichés del género. O a las imposiciones editoriales, que haberlas las hubo.
Lo curioso es que el lector moderno no tiene que hacer precisamente un gran esfuerzo para leer esta selección (incompleta por avatares del destino y designios del escritor, habrá que esperar a los siguientes volúmenes) de relatos de la era dorada. Desde siempre, el género siempre ha prestado el debido homenaje al pasado debido a su naturaleza intertextual, llegando incluso a reinterpretar y revisitar sus loci y convenciones históricas (produciendo ejercicios irónicos como el steampunk victoriano o el retrofuturismo), por lo que la lectura se nos presenta como si fuera ejercicio de esas características, aunque no lo sea en realidad: deliberadamente ingenuo (aunque no lo fuera en su momento) y quedamente ingenioso, gracias precisamente a la capacidad del lector de género de acomodar diferentes visiones del mismo sin que ello merme su capacidad crítica ni de disfrute.
2.Embriones de Imperio
Por supuesto, el otro valor añadido de esta colección está en que presenta una colección de ideas seminales que son fácilmente identificables como el germen posterior de algunas de las narrativas más influyentes de la carrera de Asimov e hitos por derecho propio de la historia de la ciencia ficción: los imperios galácticos basados en la historia de Roma, la psicologÃa (esta sà que es una idea de ciencia ficción, o de fantasÃa) como ciencia predictiva aplicada (âHomo Solâ, âEl Número Imaginarioâ), la galaxia (casi) exclusivamente humana o la idea de una Tierra superpoblada y multiétnica sitiada por sus antiguas colonias basadas en culturas eugenésicas y racistas (âLa carrera de la Reina Rojaâ) que darÃa origen a novelas como Bóvedas de Acero. Así que como labor de arqueobibliografía documental, el interés de esta recopilación en particular tampoco es desdeñable. También están presentes otros rasgos estilísticos y temáticos que perdurarían en la obra de Asimov, como su renuencia a los personajes femeninos y a las relaciones sentimentales, por ejemplo, o el desinterés de este por los extraterrestres (con un par de notables excepciones, claro).
3. Humor, Sentimentalismo y Fantasía
Y por último, recalcar que, curiosamente, muchos de estos relatos pertenecen ya a la âeducación sentimentalâ de varias generaciones de lectores de ciencia ficción, ya por referencias o por inclusiones en otras antologÃas, como es el caso de cuentos como âSuperneutrónâ (una pequeña obra de arte, en mi opinión) o la famosa historia de doctorado en quÃmica âLas Propiedades Endocrónicas de la Tiotimolina Resublimadaâ. Aparte de eso, Asimov declara varias veces su sometimiento incondicional a la ciencia ficción como género al que amar sobre todas las cosas (incluyendo también a mucha de su gente) y su rechazo a la fantasÃa⦠lo que no quita que cometiera pecado con ese otro género unas cuantas veces. Pecados de juventud, pero lo curioso es que algunas de esas historias primigenias de fantasÃa son bastante graciosas. Mi preferida de ese tipo en este volumen creo que serÃa âRitos Legales (por una vez el mangoneo editorial produjo un tÃtulo mejor), seguida de cerca de â¡Autor!¡Autor!â. Mención aparte para la delirantemente deliciosa âEl Cronogatoâ, que es un intento de tall-tales para una sección de revista basada en ese concepto de historias desquiciada (sección apropiadamente llamada Probabilidad Cero).
No es un volumen imprescindible. Pero anda cerca de serlo.
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